Afrenta contra la memoria de Cornelio Saavedra

Señor Director y Editor:
El 7 de diciembre de 1862, un importante número de tropas de Ejército, de Infantería, Caballería y Artillería, arribó a cuatro leguas de la última Angol colonial y se dispuso a fundar, sobre lo que hoy conocemos como nuestra Plaza de Armas o en un sector aledaño, la ciudad de Angol, como uno de los pasos para avanzar en la Pacificación de la Araucanía. Habrá distintas opiniones respecto al término pacificación, pero tales opiniones no son el motivo o materia de esta carta, sino más bien, quien llevó adelante este plan, el coronel de Ejército don Cornelio Saavedra Rodríguez, que cumplió entre otros señalados servicios: en la Guerras contra España, en la Guerra del Pacífico, fue ministro de Guerra y Marina, inspector general del Ejército (actual comandante en jefe), parlamentario y fundador de la ciudad de Angol el 7 de diciembre de 1862.
Hoy el busto del citado militar y fundador del Angol actual yace destruido, ya lo estaba pero no como ahora y como ahora antes nadie se había dado el trabajo de reparar la afrenta contra nuestro fundador. Antes solamente le faltaba la visera del quepis y estaba algo deteriorado el busto, ahora el busto está destruido producto del terremoto, sin embargo está allí frente al edificio consistorial, sin que nadie se hay interesado por su estado, ni siquiera retirarlo para que no siga siendo una ofensa a la memoria de Saavedra, puesto que las autoridades que administraban el municipio cuando el primer centenario de la última fundación (1962), creyeron justo rendir un homenaje al fundador, inaugurando este busto en bronce.
Podemos seguir el ejemplo de Collipulli que tiene un busto similar de don Cornelio Saavedra siempre en buenas condiciones de mantención, en su Plaza de Armas. Es importante saludar cada año la Primera Fundación de la ciudad, sin embargo también resultaría educativo y más exacto y fiel desde el punto de vista histórico que se salude también la fecha de nuestra última fundación, al fin y al cabo Angol arranca en su historia y desarrollo definitivo a contar del 7 de Diciembre de 1862 y ahí está su fundador, olvidado, afrentado y abandonado.
Luis Obreque Vivanco