miércoles, 17 de marzo de 2010

Productores advierten de posible catástrofe económica ante misteriosa enfermedad del tomate

Angol.- Casi junto con el gran terremoto del 27 de febrero, más de 300 hectáreas de plantaciones de Angol se han secado a causa de este fenómeno que merma las cosechas locales y el padecimiento se extiende día tras día a otros predios.
Pequeños campesinos ya están hablando de un “terremoto verde” que se avecina para la economía angolina y para la fuente laboral de cientos de personas.
Hace aproximadamente 15 días, el locutor radial y agricultor Nelson Novoa, notó que rápidamente sus plantaciones de tomates ubicadas en el sector Los Confines -a un costado de la ruta Angol- Renaico-, se tornaban de color amarillo y comenzaban a secarse.
“El tomate estaba aún pequeño y las plantas empezaron a morir sin explicación”, afirma, fenómeno que le llamó profundamente la atención, pues su terreno posee buena irrigación de agua y no tenía problemas con parásitos ni enfermedades conocidas en las plantas.
Cuando el daño se extendió a una hectárea y media de las dos que mantiene plantadas con tomates, Novoa conversó con otros agricultores vecinos, quienes le señalaron alarmados que enfrentaban exactamente el mismo problema y nadie sabía qué hacer.
Este agricultor advierte que las pérdidas que se avecinan son millonarias para los cientos de pequeños agricultores angolinos que sobreviven todo el año a costa del cultivo del tomate en esta época.
“Al parecer sería un hongo que está propagándose por la tierra, pero no sabemos con exactitud de qué se trata… ni siquiera si realmente es un hongo o no”, afirma preocupado este agricultor.
De acuerdo al catastro que han elaborado los propios afectados, los sectores locales que han sido azotados con mayor fuerza por este fenómeno -que curiosamente aparece casi en paralelo con el gran terremoto del 27 de febrero- son El Parque, Itraque, Manzanar, Los Confines Norte, Los Confines Sur y El Recreo. “Prácticamente en todo lugar donde existen plantaciones de tomates ha aparecido esta enfermedad”, comenta Novoa, entregando como dato que hasta el momento, según las informaciones que manejan, son alrededor de 300 las hectáreas afectadas por este misterioso problema y la enfermedad avanza rápidamente día a día.
“TERREMOTO VERDE”
Los agricultores angolinos ya han comenzado a movilizarse ante lo que advierten como una verdadera catástrofe económica que se les avecina a cientos de pequeños productores, si es que los científicos no logran establecer la forma de detener este padecimiento de las plantas, tanto así que varios de ellos ya hablan de un inminente “terremoto verde” para el mundo del tomate, considerando que Angol es el principal abastecedor de toda La Araucanía, Los Lagos y Los Ríos, además de muchos lugares de la zona central y hasta registran compras desde Punta Arenas, cuyos comerciantes transportan el tomate angolino en barcos.
El procedimiento que utilizan los pequeños agricultores de la capital de Malleco es endeudarse a través del Banco de Chile vía letras bancarias para adquirir las plantas en el mes de octubre a una empresa internacional denominada Europlant, e inmediatamente a la llegada de sus pedidos deben cancelar el 19,6 % de IVA y luego, con sus primeras ganancias, cancelan dos letras a 30 y 60 días.
“Muchos de nosotros no hemos podido pagar absolutamente nada hasta el momento, porque llevamos apenas 20 días produciendo tomates y aparece esta enfermedad que no nos ha permitido ni siquiera recuperar los costos y menos juntar nuestro dinero para pasar el invierno y menos comprar las plantas del próximo año”, explica Novoa, subrayando que la incertidumbre es tal, que no se sabe qué ocurrirá con las producciones de los próximos años del tomate angolino, vegetal que es casi un embajador de esta ciudad en otros lugares.
CATASTROFE ECONOMICA
En caso de mermar catastróficamente la producción local, a los angolinos no les quedaría otra alternativa que abastecerse del tomate que proviene de zonas nortinas, además de Talca y Rengo, el mismo que se consume en invierno y que alcanza hasta 800 pesos el kilo, pero que no se compara en absoluto al sabor y calidad del cultivado esta zona de La Araucanía.
“Angol se caracteriza por el tomate, las manzanas, los arándanos y las frambuesas, pero el sabor, textura y color del tomate angolino lo han tornado conocido, querido y vendido en muchos lugares”, explica el agricultor.
Para producir una hectárea de tomate angolino, es necesario invertir entre un millón y medio a dos millones de pesos, lo que conlleva además la contratación de entre 10 a 15 personas por hectárea, las que reciben un salario como temporeros, personas cuyas fuentes de trabajo se ven seriamente amenazadas ante este posible desastre que se podría avecinar.
“Imagine usted que en Angol tenemos entre 500 y 700 hectáreas de plantaciones de tomates. Multiplique esa cifra por sólo 10 personas por hectárea… estamos hablando de miles de personas”, reflexiona.
La Agrupación de Regantes de Los Confines se ha organizado ante esta emergencia y programó una reunión para este sábado en la sede social ubicada junto a la copa de agua del sector, donde se espera que concurran parlamentarios y autoridades de la zona, entre ellos el alcalde y el nuevo gobernador.
“El banco no nos entrega ninguna facilidad para poder saldar nuestra deuda, por lo que consideramos que estamos viviendo una grave emergencia que ya estamos denominando como el terremoto verde, pues nos ha desestabilizado para el próximo año”, puntualiza Novoa.
Hasta el momento son pocos los expertos que han concurrido a la zona afectada por esta enfermedad del tomate, pero ninguno de ellos ha podido determinar con exactitud de qué se trata el problema. Por ello, los afectados exigen al gobierno que envíe profesionales especializados en el tema para que se efectúen estudios destinados a salvar uno de los nichos económicos más importantes que posee Angol.

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