miércoles, 17 de marzo de 2010

Opinión: La mediagua, estigma de pobreza

Santiago.- (Hector Alarcón Carrasco) Por fin un alcalde puso el dedo en la llaga. Mauricio Alarcón, Alcalde de Arauco nos obliga a pensar que hay que incorporar nuevos conceptos de construcción para los más necesitados, especialmente en casos de catástrofes. En muchas oportunidades las viviendas llamadas transitorias han pasado a ser viviendas definitivas para muchas personas luego de terremotos, inundaciones o catástrofes.Cuando estamos a doscientos años de los albores de nuestra Independencia Nacional y ya nos hemos empinado diez del siglo XXI, y cuando el Gobierno recién pasado presumía de la famosa “Billetera Fiscal” y de nuestro pronto ingreso a la elite de los países desarrollados, vemos que en materia de construcciones económicas, no hemos avanzado ni un ápice desde el terremoto del año 60.
Uno de los actores principales de esta situación, es el Hogar de Cristo, institución que desde hace muchos años se ha dedicado a la fabricación masiva de las llamadas “mediaguas”, proyectos de vivienda barata sin vidrios en las ventanas, sin forros, todo madera de regular calidad, sin que se hayan preocupado de mejorar el producto que sale día a día de sus grandes barracas en la capital; construcciones que a la postre vienen a ser un estigma para los pobres de nuestro país.
Y para continuar su feble sistema de construcción, se creó hace varios años “Un techo para Chile”, de cuya loable labor no podemos dejar de lado la que cumplen los voluntarios, quienes no han podido, o no han tenido la capacidad de dimensionar el resultado final de sus desvelos. Siempre dije que esta institución debiera llamarse “UNA CALLAMPA PARA CHILE”, porque finalmente estas construcciones apuntan a eso.
Seguramente este gran terremoto que ha asolado la zona central de nuestro país, nos dejará una serie de lecciones; se revisarán los sistemas de construcción en altura, se harán construcciones más asísmicas y se mejorarán una serie de medidas para aminorar todo lo que hoy día falló en los sistemas de construcción; pero creo que no se debe olvidar que cuando una de éstas catástrofes acontece, hay muchas personas que quedan sin techo y que ese techo que muchas veces permite pasar varios inviernos, debe ser mejorado.
No debe ser sólo la madera, deben haber otros componentes modernos que permitan construir una mediagua de emergencia, de mejor calidad que la que hoy día conocemos y en cuyo planteamiento deben trabajar universidades y Gobierno, para garantizar como resultado una vivienda digna de cualquier familia de nuestro país.
Finalmente, debo decir desde esta página: No a los campamentos de viviendas transitorias, que pasan a ser definitivas: sin forros, sin ventanas ni vidrios, de mala calidad y que sólo ayudan a mantener el status de pobreza de muchas familias, que luchan día a día por superarla.

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