martes, 16 de marzo de 2010

Impactantes imágenes de los daños que dejó este gran “terremoto mentiroso” en todo Angol

Angol.- Los edificios que todo habitante estuvo acostumbrado a contemplar por décadas, ahora han comenzado a ser solamente hermosos recuerdos de un esplendor que este cataclismo golpeó con inusitada furia.
Increíble vista de los destruidos pasillos del hospital, cuyos muros interiores se encuentran totalmente destrozados.
Poco a poco la normalidad se vuelve a apoderar de la capital de Malleco.
Los estudiantes, en su mayoría regresaron a clases y los locales comerciales han vuelto a atender en forma normal.
Pero también comenzaron las demoliciones que han desnudado los gravísimos daños que dejó este denominado “terremoto mentiroso” en muchos sectores de Angol.
Por lo pronto y uno de los lugares más impresionantes es calle Lautaro.
Se encuentra interrumpido el tránsito desde Ilabaca hasta Chorrillos y por Julio Sepúlveda desde Caupolicán a Prat, debido a la demolición del tercer piso del edificio donde funcionaba la tienda Urmax y los escombros se acumulan en la calzada producto de estos trabajos para garantizar la seguridad del sector.
La gente camina lento, muchos se detienen y miran incrédulos cómo este terremoto golpeó con una fuerza descomunal al centro de la ciudad.
Ni siquiera las estatuas de Arturo Prat, Cornelio Saavedra, además del monolito de la plaza Los Coros (frente al torpedo) se salvaron de la destrucción, por lo que todo hijo de esta tierra que hace años no haya venido y regrese en este momento, quizás crea encontrarse en otra ciudad.
Los bancos del Estado y Santander también están cercados por reparaciones, tal como muchos locales circundantes, pero el nuevo golpe al alma de los angolinos es calle Lautaro, entre Pedro Aguirre Cerda y Vergara, donde aparte de un edificio de Telefónica (ex CTC) vacío ante los daños, lo mismo que las oficinas del frente, que permanecen con sus cortinas cerradas ante los daños, cuesta creer que el antiguo edificio ubicado al lado de la pizzería Sparlatto, donde hasta hace poco funcionaba un pub discoteque, fue condenado a muerte en sus pisos superiores y ya hoy es sólo un recuerdo de la hermosa y poco valorada arquitectura local.
El Hogar de Cristo es otro inmueble en ruinas, como si un bombardeo hubiese azotado sin piedad a Angol. Al doblar por calle Pedro Aguirre Cerda, entre Lautaro y Caupolicán es lo mismo, todo aquel sector frente al cuartel de Bomberos está vedado al público por la vereda, debido al inminente riesgo de caída de cornisas en aquellos históricos edificios, los mismos que le arrebataron la vida al conocido comerciante Juan Valderrama y que formaban parte del patrimonio arquitectónico de todos los angolinos.
HOSPITAL
Otro lugar impresionante es el hospital local, otrora el edificio más alto e importante de la provincia, donde si bien desde su exterior no se aprecia en su total magnitud los daños, al caminar por sus vacíos pasillos que son custodiados por militares, ahora se entiende por qué varias antiguas trabajadoras que toda su vida laboraron en ese recinto asistencial han derramado muchas lágrimas.
Todos los vidrios destrozados, puertas derribadas, pero lo más impactante es ver cómo las gruesas murallas de sus largos pasillos cedieron, se partieron y dejaron orificios que permiten ver sin problemas hacia el otro lado… daños que hasta hace pocas semanas eran inimaginables para quienes conocen de toda la vida este edificio que vio nacer a miles de habitantes de esta ciudad y alrededores.
Junto a los muros destrozados, la misma desolación se aprecia en cada uno de los descansos de las escaleras, donde las grandes grietas que las atraviesan de lado a lado parecen refrendar la opinión de los expertos, que hasta este momento en sido tajantes: perderemos uno de nuestros más útiles edificios.
La dirección del Servicio de Salud Araucanía (calle Pedro Aguirre Cerda, entre Jarpa y Covadonga) es otro inmueble que con el paso de los días evidencia gravísimos daños, los que incluso han dejado una de sus oficinas totalmente al aire libre en el segundo piso tras la demolición de las paredes que se encontraban a punto de caer.
Lo mismo les ocurre en sus casas a varios vecinos de los alrededores, cuyas fachadas se mantienen incólumes, pero sus dormitorios y camas han quedado totalmente al aire libre, evidenciando que Angol está seriamente herido… y requiere con urgencia de ayuda.

No hay comentarios: