martes, 12 de enero de 2010

Sector frutícola es el más dinámico en la Región de La Araucanía

Araucanía.- El Ministerio de Agricultura, a través de la Fundación Innovación Agraria (FIA), entregó la Agenda de Innovación Agraria Territorial para la Región de La Araucanía, con miras a fortalecer el desarrollo del sector silvoagropecuario local. Con ello se busca orientar con mayor eficacia los recursos para promover una cultura de innovación que incremente la competitividad sectorial. En la ceremonia participaron el seremi de Agricultura Araucanía, David Jouannet, el director ejecutivo de FIA, Rodrigo Vega, y contó con las presencia de autoridades locales, representantes de instituciones públicas y privadas, dirigentes gremiales, pequeños productores de distintas comunas de la Región, además de empresarios agrícolas, académicos e investigadores, los mismos que colaboraron en el proceso de construcción de la Agenda.
Todos ellos —a través del análisis y discusión— consensuaron un diagnóstico y un plan de acción para abordar los aspectos limitantes y potenciar las fortalezas de la Región en materia de innovación, emprendimiento e incremento de la competitividad sectorial.
Según el Director Ejecutivo de FIA, Rodrigo Vega, el reconocimiento de que la competitividad, la innovación y la territorialidad son fundamentales para elevar el nivel de desarrollo económico y la calidad de vida de la comunidad regional, ha movido a la Fundación “a tomar el liderazgo en el diseño y la construcción de una Agenda de Innovación Agraria Territorial en cada una de las 15 regiones del país”
“Todo esto constituye una valiosa carta de navegación —agregó Vega— que contribuirá a orientar con mayor eficacia y eficiencia los recursos humanos y financieros para promover y desarrollar una cultura de innovación en el país”.
Rubros destacados
David Joaunnet comentó que entre los resultados más destacables del proceso de construcción de la Agenda en la región resalta la identificación de requerimientos transversales de innovación relacionados con áreas como producción primaria, encadenamientos, agregación de valor, marketing agroalimentario y recursos humanos.
“A ello se agregan necesidades específicas para el sector agrícola que considera rubros como el trigo, avena, cebada, raps, plantas medicinales, productos forestales no maderables, flores, hortalizas procesables y semillas. En el área pecuaria se identifican los ovinos, caprinos, bovinos de leche y carne y carnes exóticas como los rubros priorizados”, detalló la autoridad del agro.
El seremi dijo que de acuerdo al análisis realizado, “la Agenda señala que el sector frutícola regional presenta una tasa de crecimiento promedio anual de 45% y una participación en las exportaciones regionales de 6%, generando ingresos por US$19,8 millones anuales”.
Agregó que el documento establece que la producción de algunas especies de frutales se procesa fuera de La Araucanía, lo que representa una pérdida del valor agregado, situación que de superarse, contribuiría no sólo a mejorar los indicadores económicos regionales, sino a generar nuevas fuentes de ingresos y empleos.
La agenda plantea que existe la posibilidad de instalar un sitio de muestreo y certificación sanitaria SAG-USDA en la región, lo que permitiría reducir los costos operacionales del sector, generando un mejor acceso y disponibilidad de variedades de plantas de mayor calidad, y simplificar los procesos de exportación frutícola.
Finalmente detalla que los rubros frutícolas con mayores posibilidades de crecimiento económico a nivel regional son los cerezos, manzanos, avellanos, olivos, nogales y berries.
Cereales en al zona
En relación a la producción de cereales, afirma que el sector agrícola de la Región de La Araucanía presenta una tasa de crecimiento promedio anual del orden del 4% y una participación en las exportaciones regionales del país de un 4,1%, lo que equivale a US$13,5 millones.
De acuerdo a los datos señalados por la Agenda, la superficie que sustenta el producto agrícola primario es de alrededor de 612.000 ha. De este total, los cereales representan aproximadamente un 35%. Lo más relevante, sin embargo, es que el trigo y la avena constituyen el soporte de la economía de subsistencia para casi 15.000 familias campesinas, por lo que sugiere que cualquier política agrícola de fomento considere las peculiaridades de tal distribución y usos de estos cultivos.

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