Es válido comentar que a cinco meses de un nuevo gobierno municipal, los victorienses hemos sido testigos de algunos lamentables hechos que resultan preocupantes, pues estos dan lugar a una legítima y razonable duda en cuanto a la transparencia y a la eficacia en la conducción de nuestro municipio.Hechos como la bochornosa ceremonia de instalación, la no renovación de contratos a honorarios de funcionarios municipales sin una objetiva evaluación. Los incidentes ocurridos en la persona del Juez de Policía Local. La forma en como se prodiga la atención a los vecinos en las audiencias con el alcalde. La no oportuna intervención frente a los problemas planteados por el Concejo. La no información a este cuerpo colegiado de la adjudicación de concesiones, así como de las contrataciones de personal. La contratación a honorarios de dos profesionales sin resguardar los intereses municipales donde le ha correspondido un rol protagónico, como fiscalizadora a la Concejala Marisol Acuña, son algunos de los tópicos que ponen en cuestionamiento la gestión de nuestra máxima autoridad edilicia y su equipo de confianza.
Frente a estas circunstancias es de esperar que el alcalde asuma las críticas que se le hacen y, con la responsabilidad que le compete a su alta envestidura, adopte las medidas pertinentes para evitar que en lo sucesivo se repitan hechos como los aquí descritos, puesto que Victoria necesita más que nunca un gobierno municipal comprometido con los intereses de toda su gente.
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