domingo, 19 de abril de 2009

Crisis, cesantía y robos

Sr. Director y Editor:
Hace algunos meses le había escrito con respecto a la repentina desvinculación laboral con la que fui "premiado". Bueno, aún sigo en la búsqueda de un trabajo, pero ya con un marcado pesimismo producto de la realidad regional que ostenta el primer lugar en los indicadores de cesantía, pienso iniciar un proyecto privado, es decir, volverme microempresario.
Pero ser microempresario es tan difícil como buscar trabajo, es decir, primero debe uno tener la idea del negocio que quiere iniciar, parece obvio, disponer de los recursos necesarios, tener de paciencia para cumplir con todas las regulaciones exigibles para iniciar una actividad comercial. Si bien es cierto, el emprendimiento está dentro de las acciones que pueden combatir la cesantía, la excesiva burocracia dificulta y desmotiva este accionar, pero estamos conscientes de que no nos queda otra.
En esos pensamientos y acciones me veía inmerso junto a mi señora, cuando decidimos salir a comprar a un supermercado cercano a nuestro domicilio, en Villa Entre Lagos, nos demoramos 30 minutos y al regresar a nuestro hogar nos percatamos que la ventana del living estaba rota y abierta, nos habían robado en media hora. Hicimos todos los trámites necesarios, Carabineros, Labocar, Fiscalía, etc... pero con la seguridad de que ya no encontraremos nuestras pertenencias que con tanto esfuerzo habíamos adquirido.
Me queda el consuelo de que pudo haber sido peor porque en la desesperación del momento entré armado con un objeto contundente a defender lo nuestro, pero ya no había nadie. De haber estado él o los ladrones, seguramente hubiera sacado la peor parte, porque estos parásitos de la sociedad no tienen ni Dios ni Ley.
Esta puede ser una historia archiconocida y que seguramente le debe haber pasado a muchos vecinos honrados de nuestra ciudad, pero necesitaba contarla para así al menos descargarme de la rabia e impotencia en la que queda uno inmerso después de una situación así. Esta experiencia que como familia nos ha tocado vivir, me deja como reflexión que mi ciudad ha cambiado y que el cordón de pobreza que ha ido creciendo también ha ido generando un aumento significativo de ladrones, lanzas y homicidas. Entonces ¿Qué debo hacer para defender el hogar?
A.G.L.A.

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