sábado, 10 de mayo de 2008

Día del Trabajo: una mirada política y cristiana


En el Día del Trabajo el Obispo de Temuco, Monseñor Camilo Vial hizo un llamado a evitar la desunión, en su homilía señaló: «Encuentro perverso los cuoteos políticos que hacen muy difícil esbozar el Chile que quería el Cardenal Raúl Silva Henríquez. Los creyentes en Cristo estamos llamados a ser los primeros en este empeño, así lo exige el evangelio». Palabras que fueron publicadas en la prensa regional la semana recién pasada.
Sin embargo, nuestra realidad es otra, tal como lo señala el Obispo, muchos puestos no son ocupados por los mejores, lo vemos constantemente en nuestra comuna, son habituales las quejas que se reciben sobre algo tan básico en un buen funcionario: su atención.
Los partidos políticos no siempre tenemos la mejor gente, eso es una realidad indesmentible, y la comunidad también lo ve, cuando los cargos públicos son ocupados por meros operadores políticos negándoles la oportunidad a personas con mejor preparación, muchos de ellos independientes llenos de ideas y energía que tanto necesita nuestra comuna.
Sin duda, del gobierno comunal dependen una infinidad de fuentes de trabajo. Son muchos los empleos que obedecen a un alcalde, quienes reciben diversas presiones de partidos políticos, influyendo en las expectativas de trabajadores, profesionales y jóvenes.
En caso de llegar al gobierno comunal, se debe construir un gobierno de unidad, sin cuoteos políticos, dejando de lado la mirada mediocre que nos ha caracterizado por largos años. Son muchos los profesionales que están vinculados a la empresa, en las universidades, en otras ciudades o bien en el extranjero que nos pueden aportar recursos, ideas y proyectos para ayudar a cambiar la comuna.
En este Día del Trabajo, es necesario detenerse a pensar sobre las condiciones laborales, más aun con lo que esta afectando a una veintena de trabajadores de la empresa constructora Cordero y junto con ello a sus familias.
Ser cristiano, es también ser humilde con el prójimo, es saber escuchar, es saber ver las virtudes en los otros y su aporte al desarrollo de nuestra sociedad, de lo contrario la gente nos verá como seres insensibles, obstinados y egoístas.
Ya es hora, no solo de cumplir con la misa dominical, sino también de contribuir a que en nuestra sociedad todos tengamos muchas más oportunidades, logrando una educación que genere la necesaria movilidad social. Una comuna con espacios para el descanso, una ciudad comprometida con su futuro, solo debemos empezar por entregar algo tan simple: dignidad en la atención y sobre todo a construir un verdadero gobierno de unidad.

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