sábado, 12 de abril de 2008

Fútbol en las Escuelas Formativas Una Gran Iniciativa La dimensión educativa del deporte escolar.


Claves para nuestros jóvenes Cuando algunos sábados por la mañana acompañamos a nuestros hijos a las competiciones deportivas escolares, comprobamos la primacía del grupo sobre el individuo.
Aunque a veces se trata de un espectáculo lamentable cuando observamos que los padres no siempre estimulan el juego limpio o la mentalidad de equipo. Es importante observar hasta que punto los padres pueden dejarse llevar por la personalidad anónima de los grupos que les anulan la capacidad individual de juicio, llegando a pensar y sentir por ellos.
Esta importancia de "nosotros" en el equipo de jóvenes se traslada a los padres y corren el peligro de perder la capacidad de juicio. Aparecen sentimientos nuevos, emociones nuevas y agresiones nuevas que no estaban en la propia actividad deportiva y alteran lo que llamamos la "dimensión educativa del deporte escolar".
Quien haya tenido que arbitrar cualquier partido o simplemente contemple como curioso espectador imparcial las expresiones y el lenguaje de los padres, comprobará que el "nosotros juvenil" está siendo alterado y desnaturalizado por el "nosotros adulto". ¿Acaso no nos estamos refiriendo al mismo grupo? ¿Acaso la solidaridad de equipo que reclaman los padres no es la misma que la de los hijos?
Es probable que en algunos aspectos si lo sea, por ejemplo, cuando hay una cierta homogeneidad entre los jóvenes y los padres porque los chicos son de la misma clase, del mismo colegio o del mismo vecindario.
Sin embargo, es importante señalar que las experiencias del "nosotros juvenil" y las experiencias del " nosotros adulto" son diferentes, que son dos formas diferentes de entender la solidaridad sin las cuales es imposible organizar la educación juvenil.
Sin explicarlas en detalle quisiera proponer una serie de claves con las que poder trabajar y analizar estas diferencias. Incluso me atrevo a decir que son algo mas que pistas o referencias con las que educar a la juventud, son claves con las que guiarse en la vida, con las que poder discernir entre una solidaridad cerrada y una solidaridad abierta, entre una autonomía egocéntrica y una autonomía solidaria, entre un compromiso que capacita y un compromiso que esclaviza, entre un estilo de vida que ilusiona o entusiasma y un estilo de vida que deprime y entristece.
Para educar en responsabilidad hay que afrontar las cuestiones últimas, incómodas y difíciles.
Educar no es causar sino incitar. La educación deportiva es un proceso físico, es un complejo proceso biológico y biográfico, a la vez. Por ello Ortega y Gasset hablaba en metáfora de aguijón y espuela.
Lo que necesitan los jóvenes no son empujones físicos para que se muevan sino estimulaciones biológicas y biográficas para que despeguen, salten o despunten.
Si aprendiéramos a crear, gestionar y administrar silencios descubriríamos que además de biología somos biografía, que además podemos llegar a descubrir nuestra vocación. En las sociedades liberales es habitual plantear las relaciones humanas en términos de derechos y obligaciones, como si todo en la vida tuviera la naturaleza de un contrato. Los jóvenes son agentes de responsabilidades. Para participar hay que tener entusiasmo e ilusión en la empresa en la que participamos.
La nobleza de la juventud emerge de su magnanimidad, de la capacidad que pueden tener para no limitarse a la reciprocidad o a la simple lógica de los derechos y las obligaciones.
Lo importante de estas sencillas claves para la educación de nuestros jóvenes es la alegría como elemento expresivo, comunicativo y formativo. Es lo que podríamos decir disposición para la alegría, para la apertura, para el despliegue del ánimo.
Debe ser una disposición positiva para mantener abierto ante los bienes que me encuentro, que puedo generar o que puedo compartir.
Este alegato final a favor de la alegría espero sea una buena forma de terminar este abanico de claves con las que navegar en la apasionante singladura de la educación juvenil. Con ellas podemos llegar a buen puerto, a la meta y si así no fuera, espero sean de utilidad durante la navegación, o al menos para sortear y navegar en aguas turbulentas de la vida

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